El Consejo de la Juventud de Euskadi (EGK) ha denunciado esta mañana mediante una nota de prensa el accidente laboral que tuvo lugar la madrugada del domingo en la planta de Sidenor en Basauri, un trágico siniestro que se cobró la vida de un trabajador de 28 años. Con esta muerte, siete son los jóvenes que han muerto trabajando, en accidente laboral en los últimos tres meses en Euskadi (o con víctimas domiciliadas en la CAV y que han muerto en otras comunidades) según el cómputo de la plataforma de asociaciones juveniles. El 1 de junio, un agricultor de 25 años perdió la vida en Villanueva de Valdegovía (Cuadrilla de Añana). Poco después, el 22 de junio, murió un empleado de 21 años en la fábrica de helados de la multinacional Nestlé en Araia. El siguiente siniestro tuvo lugar el 2 de julio en el barrio Asterrika de Berriatua, cuando falleció un vecino de 21 años. La «lista negra volvió a engordar» el 16 de julio con la muerte un empleado de la construcción de 19 años en Zarautz, a la que siguió, el 28 de julio, el fallecimiento un alavés de 27 años en la localidad navarra de Muniain de la Solana. Ya en agosto, el día 18, murió un trabajador de la construcción en Bilbao. Ayer tuvo lugar la última tragedia. Un operario de 28 años perdió la vida en la planta de Sidenor en Basauri.
«Una vez más, los trabajadores y, en especial, las y los jóvenes, estamos de luto», ha expresado EGK. Tal y como ha señalado, la juventud trabajadora está «en el centro de la diana de los accidentes laborales». De hecho, según los últimos datos de OSALAN facilitados por la organización juvenil, los trabajadores de entre 16 y 34 años tienen el doble de probabilidades de sufrir un siniestro laboral respecto al resto de la población (4,1% frente al 2,2% de media). En números absolutos, según el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral en 2008 padecieron un accidente de trabajo nada menos que 22.081 jóvenes, frente a los 48.626 del total.
«Víctimas de la precariedad»
«Estas sobrecogedoras cifras de siniestralidad laboral juvenil», en palabras del Consejo de la Juventud, «no son mera casualidad», sino que delatan que las personas jóvenes son «víctimas de la precariedad». Según EGK, las «desorbitadas estadísticas» están estrechamente vinculadas a las condiciones precarias que padecen las y los trabajadores y, en especial, los jóvenes: grandes tasas de temporalidad e inestabilidad crónica, tasas de paro que doblan a las del resto de la población, salarios mas bajos y un uso sistemático de fórmulas excepcionales de contratación (prácticas, becas …), así como grandes cargas de trabajo, horarios inapropiados, sobrecualificación, puestos que imposibilitan la negociación colectiva, empleo en economía sumergida, alta movilidad geográfica y subcontratación.
Ante este escenario, EGK ha exigido a la Administración que refuerce las políticas de intervención y el presupuesto en materia de seguridad laboral y le ha solicitado una vez más que trabaje a favor de las siguientes medidas:
• Mayor inspección y control sobre las fórmulas excepcionales de contratación.
• Limitación de la temporalidad y la subcontratación.
• Mayor implicación por parte de Osakidetza en detección y tratamiento de enfermedades laborales.
• Puesta en marcha de medidas de desintensificación del trabajo dentro de las empresas.
• Implantación de mecanismos de control para que exista un equilibrio entre la calificación demandada para cubrir un puesto y la necesaria para desarrollarlo.
• Reconocimiento y regulación de los cuidados.
• Puesta en marcha de medidas para acabar con las horas extra.
Implantación de medidas para conciliar estudios superiores con empleo de una manera sostenible.
• Fomento por parte de las empresas de la participación laboral y sindical de las personas jóvenes, generando condiciones y ofreciendo medios para ello.
• Participación de la empresa en la formación que beneficie al puesto, asumiendo para ello los medios necesarios (tiempo y dinero).
• Regularización de la capacidad de negociación de los/as trabajadores/as en el sistema de contratación.
• Fomento de contratos de relevo / sustitución.
Por su parte, el Consejo de la Juventud de Euskadi ha reafirmado su compromiso en denunciar la precariedad laboral que viven las y los jóvenes y en articular una voz social que promueva el fin de los siniestros laborales.