“En la Diversidad está la belleza y la fuerza”, afirmó Mayo Angelou. Y, en teoría, así lo asegura la ley. Entonces, ¿por qué en ocasiones sigue siendo invisible?
Como explicamos en ‘Los Colores de la Sexualidad’, durante al menos 500 años ha habido un único marco legítimo en la sociedad occidental que ha definido cómo se debían comprender la identidad y las relaciones de pareja. Y en otros lugares incluso durante más tiempo. Esto ha derivado en jerarquías sociales o vías legales de discriminación.
El 17 de mayo es el Día Internacional contra la LGTBI+fobia. Un día todavía necesario para recordar los retos —actuales y futuros— que hay que poner encima de la mesa y trabajar. Los hemos mencionado en el protocolo contra la Violencia LGTBI+fóbica:
- Para poder responder de la forma más adecuada posible a cada situación debemos tener en mente todo el mapa de la Diversidad.
- Las medidas y políticas públicas deben tener en cuenta cualquier forma de vivir la identidad, la forma de ser y la orientación.
- La sociedad aún está de camino a la aceptación de la Diversidad como valor transversal.
Los puntos mencionados hasta ahora no pueden hacer olvidar a la sociedad el contexto del colectivo LGTBI+ que vive situaciones de discriminación. La LGTBI+fobia sigue siendo una realidad y las primeras en dar respuesta deberían ser las administraciones y las personas jóvenes.
Es verdad que se han dado pasos a nivel jurídico y, por consiguiente, en políticas y medidas dirigidas al colectivo LGTBI+. Pero queda mucho por hacer, tanto desde las administraciones como desde la juventud. Por eso desde EGK y el grupo de trabajo Gaur8 se pide lo siguiente:
A las administraciones:
- Crear una ley que proteja la Diversidad, sobre todo la situación del colectivo LGTBI+.
- Facilitar recursos para que se haga justicia frente a la Violencia LGTBI+fóbica.
- Convertir la Diversidad en valor transversal en la educación, para que la formación ligada a la misma tenga el peso necesario.
- Crear los recursos para conseguir investigaciones y datos sobre el colectivo LGTBI+, así como crear el Observatorio LGTBI+.
- Subrayar la importancia de las fechas conmemorativas y promover que se hagan eventos en las mismas.
Del mismo modo, animamos a las personas jóvenes a:
- Hacer un trabajo de autocrítica y cambiar los valores, las actitudes y los comportamientos LGTBI+fóbicos.
- Ser un agente más en el camino hacia el empoderamiento colectivo.
- Mostrar de forma activa el apoyo a la Diversidad.
- No aceptar agresiones contra la Diversidad y ofrecer ayuda a quienes las padecen.
No queremos olvidar, por otra parte, que como bien se reflejó en el “Análisis de los derechos sexuales desde los derechos humanos” de Bizigay (2016), hay un déficit en la educación sexual. Y es ello lo que impone la socialización machista y la pervivencia de actitudes sexistas y LGTBI+fóbicas.
Sin embargo, al calor del 17 de mayo queremos reivindicar todo lo positivo que conlleva la Diversidad. Ya que es sinónimo de pluralidad, de variedad. Es algo positivo, un factor que debemos entender como enriquecedor. Hay que incluirla de forma transversal en la sociedad y en todos sus aspectos. Tomando conciencia sobre la complejidad —ya sea propia o generada— de cada modelo, bajando a las necesidades concretas y visibilizando las peticiones y propuestas de los colectivos. Teniendo siempre en mente que hablamos de personas.