A pesar de la apuesta social por la igualdad de género. Muchas veces se queda en la igualdad formal, la realidad es que las mujeres, por el simple hecho de ser mujeres, siguen sufriendo diferencias y discriminaciones directas e indirectas en todos los ámbitos de su vida.
El mundo laboral no es una excepción a esta situación.
Durante la pandemia hubo un cambio de tendencia y, por primera vez, la tasa de paro de las mujeres jóvenes dejó de ser superior a la de los hombres jóvenes. Pero esto fué solo un hecho puntual y ese cambio de tendencia vuelve a dar la vuelta, siguiendo su camino anterior.
La tasa de desempleo no es más que una pata que sostiene la precariedad y las mismas razones que sustentan la precariedad son las causas de la brecha salarial. Observando los datos, se puede comprobar que el 41,1% de las mujeres jóvenes tiene trabajos parciales, en cambio, en el caso de los hombres, este porcentaje se reduce casi a la mitad, siendo del 26,4%. Prestando atención a la naturaleza de los contratos, el 66,4% de los contratos de las mujeres jóvenes son temporales, en este caso, son más iguales que los de los hombres jóvenes (64,4%) pero todavía superiores. En el trabajo a tiempo parcial también se puede detectar la diferencia de horas semanales que dedican mujeres (33 horas) y hombres (39 horas). Todo esto tiene un efecto directo sobre los salarios y la brecha salarial.
Por todas las situaciones que hemos comentado anteriormente, aunque se cumpla la igualdad formal en los contratos, no se garantiza la igualdad real y como consecuencia, por realizar el mismo trabajo a las mujeres se les paga un 25% menos que a los hombres
Tenemos que terminar con esta situación de una vez por todas y hacer real la igualdad. Desde el Consejo de la Juventud de Euskadi y con la adhesion de las asociaciones de EGK en el Día internacional por la igualdad salarial entre Mujeres y Hombres, se reivindica que todas las personas que ocupen el mismo puesto de trabajo tengan las mismas condiciones de trabajo dignas, sin hacer distinción alguna, entre mujeres, hombres y personas que no se sientan parte del género binario.
Por ello, las reivindicaciones que recoge el manifiesto son las siguientes:
- Incorporar la perspectiva de género en las políticas públicas orientadas al empleo juvenil. Por ello las instituciones públicas deben poner los medios para que las mujeres reciban los mismos salarios, se eliminen las dobles jornadas, se iguale el tiempo de ocio de mujeres y hombres y se ponga fin a otras discriminaciones relacionadas con el sistema heteropatriarcal que rige el mundo laboral.
- El primer paso a dar para realizar el análisis de la brecha salarial es disponer de datos actualizados desagregados por sexo.
- Imponer sanciones más duras tanto a las empresas privadas como a las públicas para eliminar la brecha salarial como herramienta para llegar a la igualdad real.
- La adopción por parte de las instituciones públicas de medidas más eficientes para impulsar contratos laborales dignos, con el fin de paliar la situación económica de las personas jóvenes y asegurarles un futuro mejor, como forma de dar solución también a los problemas que conlleva.
- Es imprescindible impulsar Planes de Igualdad y desarrollarlos e implementarlos en las diferentes empresas y servicios. Asegurar el establecimiento de medidas para el desarrollo de la igualdad real.
- Aldibaterako kontratuak murriztea eta kontratu mugagabeak sustatzeko neurri gehiago hartzea.
- Adoptar más medidas de reducción de contratos temporales y fomento de contratos indefinidos.
- Acabar con la parcialidad.
- Puesta en marcha de medidas reales y eficaces para la conciliación.
Si quieres saber más o hacer llegar tus propuestas, escribe a bizibaldintzak@egk.eus / berdintasuna@egk.eus o llama a 945220601/688737153 (Oihana) o a 943429767/615749929 (Leire).