Aquí y ahora ser persona joven es sinónimo de estar en una posición social relegada, esto es, de tener menos oportunidades sociales que otra persona por el mero hecho de pertenecer a un grupo de edad distinto. El Consejo de la Juventud de Euskadi (EGK) está llamado a elevar la atención de la sociedad y de la clase política sobre esta situación. Pero, a la par que el adultocentrismo nos relega por el hecho de tener menos edad, existen otras estructuras sociales que relegan por otros motivos; más aún estos vectores de desigualdad son acumulativos. El Consejo siempre ha tenido claras dos máximas: 1. Que la desigualdad por razón de edad no es la más grave de cuantas existen y, por tanto 2. Que no podemos hacer una lectura de la realidad desde la óptica exclusiva del criterio etario. En este 7º número de la revista Ahotik At, Mujer y joven, queremos mirar la realidad con unas gafas moradas para analizar, de una parte, la conjunción de este adultocentrismo y del patriarcado sobre la vida de las mujeres y, de otra, abordar una serie de cuestiones que nos preocupan o interesan especialmente desde la perspectiva de género.
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