Cuando en 2008 estalló la crisis económica se destruyeron muchos puestos de trabajo y, desde entonces, las condiciones laborales que se nos han ofrecido a las personas jóvenes no han sido las mejores. Por eso, un año más, con motivo del 28 de abril, Día Internacional de la Salud Laboral, queremos denunciar la precariedad en la que estamos sumergidas las personas jóvenes y las consecuencias en nuestro bienestar y salud que de ella se derivan. El Consejo de la Juventud de Euskadi (EGK) ha desarrollado el manifiesto en el grupo de trabajo Emantzipa… Zer? para socializar nuestra situación y las propuestas de mejora y 7* asociaciones se han adherido a él.
Además de actualizar los datos, este año los hemos desagregado por sexo. Y es que, como hemos reivindicado otras muchas veces, es necesario insertar la perspectiva de género en la salud laboral. Todavía hay muchos empleos feminizados (segregación laboral) y, además, existe una infravaloración social y económica del trabajo realizado por las mujeres.
Como dato que evidencia estas pérdidas de salud en o a causa de los puestos de trabajo, son de recalcar los múltiples accidentes laborales que sufrieron las personas jóvenes de entre 16 y 34 años en 2017 en Euskadi: 8.048 leves (2.029 mujeres y 6.019 hombres), 40 graves (7 mujeres y 33 hombres) y dos mortales (ambos hombres). Por desgracia, como en los últimos años, tenemos que trabajar con datos no actualizados, ya que no es posible contar con datos del 2018. Debido a ello, nos es imposible cuantificar la tasa accidentalidad del año pasado.
Poner fin a la precariedad
Sobre todo, queremos poner el foco en que desde EGK, durante el año 2018, hemos tenido que activar el protocolo de Accidentes Laborales por el fallecimiento de personas trabajadoras jóvenes. Una circunstancia que va mucho más allá de los accidentes y enfermedades y que se ha profundizado con las distintas medidas de recorte social y laboral tomadas en los últimos años. Por la salud de las personas jóvenes, ¡acabemos con la precariedad!
Asimismo, según Eustat, en el año 2017 hubo un total de 117 personas jóvenes que padecieron una enfermedad profesional, de las cuales 48 fueron mujeres y 69 fueron hombres. Una realidad que nos preocupa especialmente, ya que hay que tener en cuenta que apenas acaban de empezar su recorrido en el mundo laboral. Por ello, no podemos olvidar ni pasar por alto todas esas personas jóvenes que sufren de una enfermedad profesional que las va destruyendo poco a poco.
Estos son los datos oficiales, sin embargo, hay un gran subregistro de enfermedades profesionales que las mutuas disfrazan bajo la contingencia común y derivan a Osakidetza, con lo que los datos serían más que los oficiales.
Puedes leer el manifiesto al completo aquí.
*A este manifiesto se han adherido el Consejo de la Juventud de Euskadi (EGK), las asociaciones Gazte Abertzaleak y EKO-ACG, Pastoral Obrera Bilbao y los sindicatos LSB-USO, CCOO y LAB.