A las mujeres desde siempre nos han dicho que no caminemos solas por la calle a altas horas de la noche, y a menudo, hemos sentido miedo de vuelta a casa. El pasado verano aumentó este pánico, la agitación generada a raíz de las agresiones con pinchazos aumentó el miedo sexual de las mujeres jóvenes. Por otro lado, se dio la oportunidad de hablar largo y tendido sobre las agresiones bajo sumisión química, mientras desde los medios de comunicación y las redes sociales no dejábamos de recibir el mismo mensaje: ten cuidado en el ambiente festivo.
Es muy fuerte la narrativa que se ha creado sobre el ambiente nocturno o festivo y todas nos hemos creído que si nos agreden sexualmente será de noche, volviendo de fiesta hacia casa, en un callejón, por parte de un desconocido y que va a ejercer una violencia brutal. Pero esa no es la realidad, sino el mito de la violación real y asi nos lo confirma Bea Ilardia. También el mito del espacio público y el ideario surgido en el seno de la víctima real. Entonces, ¿cuál es la realidad? y ¿con qué objetivo se ha socializado ese discurso?
Hemos tenido la ocasión de hablar sobre estos temas con la abogada feminista experta en violencia sexual, Bea Ilardia. Hemos hablado de la realidad de las agresiones sexuales, y también sobre el proceso jurídico que se abre cuando se da una agresión y de cómo viven las mujeres agredidas estos procesos. También sobre el mito de las falsas denuncias que el sistema patriarcal actual aprovecha para seguir reproduciéndose.
La violencia machista puede adoptar diferentes formas y las agresiones sexuales son una violencia superficial que podemos ver y percibir. Sin embargo, en el día a día las mujeres sufrimos muchas formas diferentes de violencia y sería un grave error centrarnos sólo en la violencia sexual o la violencia directa, o nombrar solo a esta como violencia machista. El 25 de noviembre, día contra la violencia machista hacia las mujeres, desde EGK seguimos reivindicando que queremos una juventud libre de violencia.