Hoy día desde los medios de comunicación, los partidos políticos y los círculos de empresarios se nos transmite que ese tiempo ya ha pasado, en Euskadi se crea empleo cada año, se habla de un paro técnico y de que hará falta que vengan trabajadores en los próximos años. Tal vez sea verdad, si echamos un vistazo rápido vemos que nuestras plazas ya no están llenas de parados y paradas y que las personas jóvenes encuentran trabajo. Es lo quemos tratado en el cuarto número Ahotik At: precariedad laboral
Pero la juventud, y todas las personas trabajadoras, tenemos hoy un nuevo problema que se llama precariedad laboral, sus síntomas nos son muy familiares: trabajos de unas horas, contratos de corta duración, horarios infernales, falta de medidas de seguridad, sueldos de miseria (mileurismo en el mejor de los casos)…
Nos suena esto de la precariedad, las muertes en el tajo ocupan unos segundos en las noticias, poco espacio en la prensa y los sindicatos hacen alguna concentración de vez en cuando. Pero la precariedad no se queda ahí, se hace presente en todas las facetas de nuestra vida. Nos cansamos de ver, y de sufrir, noticias como que un joven necesitaría ganar un 150% más para poder acceder a una vivienda, y miramos con temor las aventuras del Euribor. Nos cansamos de sufrir unos horarios infernales e incompatibles con nuestra gente, y enfocamos, cada vez más nuestra vida desde el individualismo. Nos dicen que disfrutemos de la libertad de este nuevo sistema, hacer lo que quieras sin contar con nadie más, aunque si rascamos un poco no es difícil desenmascarar esa mentira: nuestras familias siguen dando soporte vital, techo y comida a miles de jóvenes que trabajan pero con sueldos demasiado bajos para plantearse abandonar el nido, nuestras relaciones sociales parecen una partida de “Tetris” cuando queremos quedar o hacer alguna actividad con la cuadrilla, y cada vez supone un esfuerzo mayor mantenerse en un compromiso social, asociativo… Este mes trabajo aquí con estos horarios, el que viene estoy en paro, al siguiente estoy a relevos, me mandan un mes fuera y luego veremos.
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